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EDITORIAL   ·   10.10.2021   ·   09:50 HS.

14N: El día de la implosión

Es un comentario, con pedido de publicación, escrito por el Dr. Miguel Donadío.

Ultimamente pronosticar los resultados electorales se ha vuelto de alta complejidad para quienes hacen profesión de ello. Los encuestadores profesionales en su gran mayoría no dan en la tecla con las preferencias de los votantes. El próximo 14 de noviembre se celebrarán elecciones cruciales en la Argentina.

Hay alguna posibilidad que las cosas no transcurran como una elección más y estemos ante la implosión de una forma de hacer política que ha sumido a nuestro país en la más absoluta decadencia. Las formas en qué durante tantos años se ha procesado la gestión de lo político podrían sucumbir sin que los actores políticos lo estén visualizando.

Todos los que tuvieron poder un día dejaron de tenerlo; aún los que se creyeron eternos. A modo de gran ejemplo el propio imperio romano que perduró siglos tiene su instantánea cronología de muerte: año 476 d.C.: Caída del Imperio Romano de Occidente. Ni que hablar de personas que también un día dejaron de tener el poder que les parecía infinito.

Se están viviendo tiempos confusos en la política. La política argentina ajena a la realidad. Las cosas han cambiado. Las generaciones son otras. La tecnología cambia todo. Los políticos se han vuelto obsoletos. Apelan a las mismas recetas, viejas y anticuadas. Tienen las mismas visiones anquilosadas. No estudian nada. No se forman. No viajan. Son grandes mediocres. Unos cuantos inmorales. Su intelectualidad deja mucho que desear.

Viven en un microclima que los ha alejado totalmente del sentir de la sociedad. Son disfuncionales a su deber. Peor aún son millonarios muchos de ellos. Se han hecho ricos “trabajando” de políticos. Muchos funcionarios públicos y personajes orilleros de la política, muchos intendentes, gobernadores eternos, sindicalistas oxidados y un muy largo y lamentable etc., lo único que han hecho es contar billetes mal habidos.

Se muestran sin pudor con bolsos llenos de plata, cuentan dólares manchados por la corrupción, viven en casonas opulentas, tienen autos caros; ello delante de un 40% de pobres que los ven por la televisión. Ubican a parientes y amigos en lugares de poder sin idoneidad alguna. Son los mismos que se presentan y reparten impúdicamente heladeras, bicicletas, falsas promesas, etc..

Creen que la gente es tonta. Dialogan políticamente así: ¡Les traemos una heladera porque queremos seguir en el poder! ¡Les queremos comprar su voluntad electoral! Les queremos hacer creer que sus problemas nos importan. Todos grandes hipócritas.

No leen lo que está ocurriendo. Está implosionando una forma descarada de hacer política. Están implosionando partidos políticos que no hacen internas; no tienen programas electorales, carecen de toda institucionalidad. Hay agrupaciones que manejan millones sin contabilidad alguna. Siguen robando al erario público nacional, provincial y municipal para financiar sus deseos de poder en campañas electorales vergonzosas.

Sólo decir qué los legisladores de la provincia de Buenos Aires, todos, desde 1983 hasta ahora no tuvieron la decencia de sancionar una ley que regule el financiamiento de las campañas electorales provinciales y municipales. A buen entendedor pocas palabras. Una vergüenza institucional descarada.

Y en sociedades horizontales vivencian autocracias partidarias. Quieren tener el poder eternamente para que no cambie nada; sólo el patrimonio de ellos, de sus familiares y de sus amigos. En un mundo complejo pretenden imponer las cosas a partir del pensamiento simplificado y adoctrinador de un par de personajes. El mercado de ideas partidarias reducido a la nada. Manejan la política como un gran cuartel.

No tienen ni el más mínimo diagnóstico sobre los problemas. Sus propuestas son todos parches estériles. No tienen planes de gobierno. No tienen equipos de trabajo. Siempre recurren al mismo elenco estable sinónimo de decadencia. Pasan los mandatos y no pasa nada. Cada vez peor.

Y en este último gobierno nacional la improvisación y la mala praxis general, además se llevó la vida de miles y miles de argentinos. Imperdonable.

Un día las sociedades dicen basta. El 14 de noviembre es posible que se vea la implosión de una forma desvergonzada de hacer política.

No se olviden: “Los que tuvieron poder un día dejaron de tenerlo”.  

Escrito por el Dr. Miguel Donadío con pedido de publicación.